En un proceso cada vez más acelerado de fusión entre arquitectura y arte que atraviesa Pascual Construcciones desde el año 2015, entrevistamos a Flavia Conti, arquitecta y artista plástica para que nos cuente sobre su camino en la formación de ambas disciplinas y cómo concibe la fusión entre ambas, cómo cree que el arte colabora en el día a día de las personas y su opinión respecto al concurso nacional de muralistas que organizó la empresa en el marco de su desarrollo llamado Howo que combina arte, sustentabilidad y tecnología.


¿Cómo comenzó tu interés por el arte?

–  Yo creo que nací siendo artista. Mi mamá me cuenta que era chiquitita y me sentaba en una mantita y me daba lápiz y birome. Pasaba tanto tiempo dibujando, que una amiga de ella que tenía un taller de arte para más grandes le dijo, tráemela por lo menos una hora… Y desde ahí comencé… también tuve padres que supieron escuchar cual era mi interés. 

Hice muchos talleres de pintura y cerámica, por ejemplo. Y así constantemente. Y ya más grande con poder de decisión, tomaba cursos. De hecho estudié fotografía, me gusta aprender. Veo técnicas y me gusta saberlas, entonces voy y tomo el curso. Estudié 2 años de fotografía y revelado, que es maravilloso.

¿Y cuándo ingresó la arquitectura a tu vida?

– Bueno, cuando llegó el momento de entrar a la facultad. Obviamente me hicieron el test vocacional. Me daba Bellas Artes, Arquitectura, Diseño Gráfico, ese tipo de resultados obtuve. Y después…dije… ¿Qué pasa si voy a arquitectura? Yo arquitectura lo veía justamente como una obra de arte en la que podés vivir. Así lo percibía. Es otra forma de hacer arte.

Además, tuve la suerte y el placer de estar en cátedras con arquitectos que son artistas. Realmente artistas. Nos acompañaban, no sólo desde el punto de vista de la arquitectura en lo funcional, sino de mostrarte otras cosas, abrirte la cabeza. Uno de mis docentes fue Nicolás Campodónico. Ganó muchos premios.Él es un referente donde se ve muy bien todo lo que es arte y arquitectura juntos. Todos sus proyectos los plantea así.

Me recibí en los seis años de carrera y ya tenía trabajo. O sea, ya estaba trabajando. Pero nunca dejé de hacer arte, nunca dejé de ir a cursos, de aprender. Me dediqué más a una arquitectura de vivienda unifamiliar. 

¿Y luego como seguiste? y ¿cómo estás ahora?

– Tengo mi propio estudio de arquitectura, pero en el 2015 decidí ir más para el lado del arte. Empecé a dar pequeñas clases, más que nada le daba a los hijos de mis amigas que me habían pedido. Y, bueno, eso ya después se convirtió en un taller. Y no solo niños, después se sumaron adultos, después se sumaron workshops. 

En ese camino de poder mostrar mi arte, me encontraba en el desafío de cómo llegar, cómo acceder a los espacios más hegemónicos del arte para poder exponer mis obras y ahí fue donde me contacté en Córdoba con una chica que, justamente tiene esta cabeza muy abierta y tenía la idea de llevar el arte a la gente, que no sea para unos pocos, y que la sociedad no se crea que al arte sólo lo podés encontrar en una galería de arte y que tenés que ser un entendido. El arte es otra cosa, que pasa más por la sensibilidad de cada uno. El artista cuando pinta, deja un poquito de su alma y…cada persona adquiere un concepto de eso que plasmó el artista a su manera.

Y, bueno, de ahí empecé a buscar un poco más eso, el poder hacer un arte más abierto, llevar el arte a las personas. A esta pregunta, el artista muralista ya la tiene resuelta de entrada, porque pinta en la calle, sale del museo y lleva el arte hacia la gente. 

Esta chica de Córdoba empezó a exponer y me alentó a que me presentara al BADA, en Buenos Aires. Viví la experiencia de tener contacto con el resto y ese acercamiento del arte a la gente. Me presenté y quedé seleccionada.Tuve la posibilidad de ir. Fue fantástico, es una experiencia reveladora. Ahí terminé de romper con ese preconcepto de que para ser artista, uno tiene que estar en los museos exclusivamente.

También en Rosario tuve muchísimas oportunidades de la mano de Alejandra Gayoso que realmente me dió un lugar para exponer en mi propia ciudad. 

En relación a esto que comentás de llevar el arte a las personas, ¿Cuál creés que es el vínculo? ¿Dónde está el nexo entre la arquitectura y el arte?

El primer vínculo que veo es que la arquitectura te permite ver en escala y eso es algo que se necesita para hacer arte en viviendas y en paredes. Hay muralistas que no son arquitectos pero sin embargo tienen la habilidad de proyectar en escala, de pasar del papel a la realidad de una manera perfecta y esa es una habilidad que se necesita definitivamente.

El segundo aspecto es que anteriormente cuando se diseñaban viviendas, no se pensaba mucho en los espacios comunes y en el trayecto que tenía la persona hasta llegar a su hogar. Era un medio para fin. Pero ahora eso ya no se está viendo así. Ahora pensamos, ¿cómo hago el espacio desde que entro hasta que llego a mi casa?¿Y cómo es ese espacio? ¿Un lugar negro, oscuro, horrible? Se piensa más en la experiencia que transita la persona, por ejemplo en un edificio, y en ese pensar y repensar esos espacios es que entra el arte muy fuertemente porque hay muchos estudios que hablan sobre cómo el arte aporta a la salud mental y al bienestar de las personas.

En relación a este concepto es que se empieza a introducir el arte en distintos lugares, por ejemplo en salas de espera de consultorios. La persona está sentada ahí, quizás con preocupaciones, miedos y está mirando el cuadro que está delante de él. Y a lo mejor eso lo tranquiliza, le hace una espera más amena, le hace bajar un poco. Te desconecta de eso que estás viviendo para volver a conectarte desde otro lugar. Yo tengo una diplomatura en arteterapia. Otra de las tantas cosas que he hecho. Creo que el arte es fundamental para la salud mental. Es un cable a tierra.

Y un último aspecto que vincula la arquitectura y el arte es la combinación que debe existir entre hacer proyectos rentables y que sean resguardo de valor de los clientes, pero a su vez pasar de pensar cuánto voy a ganar con cada m2 a cuánto le voy a hacer ganar en calidad de vida a la persona que vivirá ahí. El arte tiene mucho que ver al respecto. Porque el arte nos interpela a todos, nos atraviesa y la obra que hago como artista luego dialoga de formas distintas con cada persona que la ve, todos interpretan algo distinto según su subjetividad y es maravilloso.

Y del concurso de muralistas para intervenir Howo ¿qué pensás? 

Me encantó, me encantó lo del concurso, va muy en línea con lo que venimos hablando, lo reenvíe a todas las personas que conocía, que piensan más o menos de esta manera, porque me pareció fantástico el proyecto, y me pasaba que primero tenía miedo de presentarme, en realidad no era miedo de presentarme, bueno, cuando leí las bases, yo no hago pop street art. Pero en lo que va de mi arte, es la expresión de mi alma, entonces, es como que siento que me traiciono si tengo que hacer algo que no es lo que yo soy. Pero finalmente me presenté porque siento que el proyecto está buenísimo y hay que apoyar iniciativas así. La verdad los felicito. Me encanta hacia donde están apuntando.