Este tipo de operación inmobiliaria presenta numerosas ventajas frente a la compra tradicional de viviendas a estrenar o usadas.
El contexto nacional e internacional actual está teniendo un fuerte impacto en el mercado inmobiliario. La inflación creciente en Estados Unidos ha aumentado la incertidumbre sobre la estabilidad del «dólar colchón» y nuevamente el ladrillo aparece como una alternativa válida para resguardar el valor de los ahorros. Además, la caída en los precios de las propiedades y el aumento del stock inmobiliario han impulsado en la Argentina metodologías de inversión en este rubro. Entre ellas se destaca la inversión en propiedades desde el pozo, una modalidad que resulta muy conveniente para aquellos ahorristas que buscan un mecanismo simple para maximizar su rentabilidad u obtener un descuento importante en la unidad adquirida.
Antes que nada, vale responder la siguiente pregunta: ¿qué es la inversión desde el pozo? En simples términos, se trata de una preventa. Hay desarrolladores que permiten que un inversor pueda adquirir una unidad en cualquier etapa de su proceso de construcción. Cuanto antes compre, mayores beneficios obtendrá. Y para su ingreso anticipado no hay límites. Puede invertir incluso desde antes de que se empiece a cavar el pozo.
Ahora bien, ¿por qué invertir de esta manera? Sus beneficios son múltiples, y pueden variar según cada desarrollador. Fundamentalmente, comprar una unidad desde el pozo implica un importante descuento. La confianza del interesado en el desarrollo puede serle retribuida con quitas importantes en el precio final, según la instancia de la construcción en la que ingrese.
El ingeniero Gonzalo Pascual, uno de los titulares de la desarrolladora rosarina Pascual Construcciones, lo explica de esta manera: «Cuando un desarrollo está dando sus primeros pasos es cuando más tiene que confiar el inversor, cuando más tiene para perder y cuando mayor riesgo asume. Por eso, en una preventa en pozo quizá se pueden obtener descuentos que rondan un 20% si la obra está recién iniciada o a punto de comenzar, y un porcentaje menor si ya se encuentra avanzada».
De esta manera, por ejemplo, en el caso de viviendas que son compradas como inversión para su posterior reventa, esta forma de adquisición puede maximizar ganancias, ya que existe una brecha importante entre el precio de una unidad adquirida desde el pozo respecto de un inmueble a estrenar.
Otro aspecto ponderable de la inversión desde el pozo consiste en la posibilidad de contar con financiación ofrecida por los desarrolladores. Ante la inexistencia de créditos hipotecarios, esta es una práctica muy difundida para la compra de propiedades en cuotas. Se trata de una opción conveniente para quien cuenta con un ahorro, ya que le permite acceder a una compra inmobiliaria con una barrera de entrada relativamente baja, obteniendo propiedades de mayor valor con una acumulación inicial menor.
En el caso de que un ahorrista esté buscando una propiedad que destinará al alquiler, la opción de invertir desde el pozo se le puede presentar altamente favorable. Es que algunos desarrolladores ofrecen la posibilidad de realizar una inversión con derecho a renta. Es decir: el inversor podrá recibir un ingreso mensual en dólares hasta el momento en que se entrega la unidad terminada, percibiendo un monto hasta tres veces superior al que obtendría a través de un alquiler tradicional. Además, durante este período no deberá abonar costos de mantenimiento como impuestos inmobiliarios, tasas de servicios públicos o expensas. «El inversor quiere resguardo de su capital y lo hace para percibir un ingreso fijo y pasivo. Si estás comprando ahora un departamento que recién te va a dar alguna ganancia dentro de dos años y medio, lo más lógico es ofrecer una renta por ese dinero que tiene estacionado», afirmó al respecto Pascual.
Finalmente, vale destacar que esta es una forma de inversión que se destaca por su absoluta sencillez. No requiere mayores conocimientos ni trámites burocráticos, y uno puede seguir de cerca el crecimiento del desarrollo al que destinó sus ahorros. En términos generales, el inversor apenas deberá constatar que el desarrollador que lleve adelante el proyecto sea confiable y que pueda dar cuenta de un alto nivel de cumplimiento en los plazos y en la calidad de sus construcciones previas.
Para conocer más sobre los desarrollos de Pascual Construcciones, puede ingresar en: www.pascual.com.ar